viernes, 27 de junio de 2008

Día XXXIX, con pocas luces

Aquí, donde moro, nos hallamos hoy entre apagón y apagón, ahora sólo iluminado por la luz del ordenador del portátil y los ligeros haces de luz que se desparraman, sin alcanzarme, por el ventanal. Abrimos la puerta de entrada y vemos que el apagón afecta a todo el edificio, sentimos como nos recorre el cuerpo una grata sensación anestesiante, relajada, sólo turbada por lo molesto de varias alarmas que saltan.

Anoche me atreví a predecir de lo que escribiría hoy, dado que me he quedado a oscuras también desde un punto de vista ciberespacial, voy a hablar de lo que creo que dije un poco y un mucho de lo que me salga de las pelotas.

Joder, que desconecten esa alarma de una puta vez, menuda mierda si no acude nadie.

El último libro que recientemente he leído ha sido “El último trayecto de Horacio Dos”. Eduardo Mendoza lo escribe aprovechando su mejor recurso: la agilidad. Sus libros te los lees en un santiamén, te despiertan carcajadas varias pero, curiosamente, no le impulsan a un servidor a coleccionarlo. La agilidad de lectura, que no de escritura, es lo que más alabo en un escritor, muy lejos de quedarme clavado en lo enrevesado de ciertas prosas, a las que por supuesto, no me atrevo a criticar. De similar estructura a “Sin Noticias de Gürb”, eleva las pretenxiones pero no así su ingenio, pese a que el sabor de boca que deja debería calificarse un puto por encima de “dulce” aunque cinco por debajo de “delicioso”.

Esta mañana he terminado de echarme entre pecho y espalda la serie “Carnivale”, emitida originariamente por HBO, como anteriormente hiciera con “A dos metros bajo tierra”. De contenido tan místico como esquizofrénico, no se comprende del todo bien la delimitación entre un territorio y otro. Quizás la línea general del reparto no me resultara atractiva en absoluto, aunque ciertas sorpresas te llevas, sobre todo la composición del personaje de Ben Hawkins. A cargo del hasta ahora actorucho Nick Stahl. Bien es cierto que no habrá tenido que trabajar demasiado dicha composición, pues él de por sí encarna todos los rasgos del personaje en apariencia.

También me agradaría escribir acerca de Hulk 2, pero me temo que voy a esperar a que sea más vista y contraste mejor los puntos de vista. A mí se me antojo altamente esperanzadora.

Chimpum

La luz ha regresado y, mientras meaba, se ha vuelto a ir. ¡Qué gran puntería tengo!

1 comentario:

Don Peperomio dijo...

Ja ja.
Sabes que mi serie favorita es A dos metros bajo tierra?
Cuidado con las meadas...