domingo, 20 de septiembre de 2009

I wanna do bad things to you

Domingo, 10:47 de la mañana, porticón cerrado y habitación a oscuras. Desayunado y fumado, sigo queriendo estar a oscuras un poquito más. Te llamaría, sería lo correcto; sin embargo, hoy es domingo, la proactividad queda terminantemente prohibida.

En el aire humeante de mi habitación, sólo se me ocurre que quiero hacer cosas realmente malas contigo, hacértelas a ti, sin saber por qué, sin tan siquiera preguntármelo. Voy a empezar por no llamarte hoy, continuaré por no cogerte el teléfono y terminaré llamándote cuando creas que ya ha pasado todo, para volver a empezar de nuevo. En mi opinión te lo mereces. No me has hecho nada, simplemente eres una mala persona que se ha topado con otra aún peor, y a la presente me remito.

Veo que te mueves en la cama, gruñes como otras tantas mañanas antes de entreabrir perezosa los ojos. Voy a abrazarte para que no te sientas sola. Disculpa si de vez en cuando me hago ciertas pajas mentales, tan sólo son las ganas que mantengo vivas de seguir obsesionado contigo.

Luego quemaré esta carta, no vaya a ser.