miércoles, 11 de junio de 2008

Día XXIV, con un Millar de hostias

Estoy finiquitando la celebridad de mi cerebro a base de mal. De mal, porque si no hubiera tenido suficiente con las películas malas, con contar los comentarios repetidamente vertidos sobre mis múltiples presencias cibernéticas, los libros densos, los escritos barriobajeriles por los que actualmente deslizo mi azotada imaginación, hoy he vuelto a consumir... cómics. Ni entre signos de admiración de digno a escribirlo, tan sólo me resigno a ello.

Hoy me he terminado Tug & Buster. Bien, muy divertido.

Luego me he leído The Wanted, de Mark Millar. Un millar de hostias, de tacos, de tiroteos, de violaciones, de sugestiones, y un etcétera, tan largo como el rabo de Two Dick, el que reparte en el resumen total de las viñetas. De Millar sólo había gozado de Ultimates, y no me enganchó tanto. Supongo que mi recepción emocional últimamente tiende más al villano. Aunque sí, algo de Fight Club (mucho) tiene.

También me ha me ha llamado -superpoderosamente- la atención un cómic llamado Fell - ciudad salvaje. No he perdido el tiempo en proporción al dinero, y he encargado la 8ª temporada de Buffy tVS, vía USA.

¿Por qué? ¿Por qué ahora desemboco en el frikismo absoluto? Creo que es porque ahora hago lo que me sale de la punta del rabo.
Me quedo con una frase genial, que impetuosamente le dedica The Fox a Wesley Gibson:
“La única diferencia entre un sueño y una pesadilla es el tamaño de tus cojones.”

Desgraciadamente, no pondría yo demasiadas expectativas en la adaptación del producto de Hollywood para la gran pantalla (o para la pequeñuca de cualquier portátil).

No hay comentarios: