lunes, 16 de junio de 2008

Día XXIX, de buena mañana


Sucede en ocasiones que te despierta el mismo rumor que te duerme. Anoche la Cadena Ser me durmió alrededor de las 2:30 de la mañana, y la misma emisora me ha despertado a las 5:35 de la madrugada. A las 6:49 he enviado el mensaje de rigor matinal. Continuaba sin conciliar la vigilia, sin desesperar lo más mínimo. Muy contrario a asemejarme a Blas en una cama de velcro, he optado por ver alguna película de aquellas que siempre se prestó a la oportunidad pero jamás al interés. Y una vez más he percibido lo mismo que otras muchas veces este año. Que llevo mucho tiempo equivocado.
Diarios de Motocicleta no se me ha dispuesto en el mejor momento, pero -qué cojones- me ha tocado los huevos que se acabara tan pronto un metraje de 110 minutos. Me los ha tocado porque después de haber digerido una película de naturaleza tan singular como cruda, como es Pure, y haberme decepcionado tanto Beowulf, lo más fácil, cinematográficamente hablando, de ver este fin de semana ha sido una película de la Disney, Invencible. Me avergüenza confesar que yo del Ché sabía muy poco, y en cuanto ha comenzado la película he necesitado hacer acopio de varios documentos con el fin de hilvanar una biografía más o menos neutral y objetiva. Ello me ha conducido a una nueva necesidad. Adquirir el libro Diarios de Motocicleta. Y además leérmelo.
Sé y sabía que la vida de Ernesto Guevara aporta heroicidades únicas y jamás correctamente descritas. Sin embargo, dichas heroicidades se sustentan en el viaje descrito en la película, en todo que minuciosamente observa a lo largo de su viaje desde Buenos Aires a Perú, donde finalmente ejerce la medicina en un inmundo hospital en condición de leprólogo aún por licenciar, pendiente de las 3 últimas asignaturas. Sea realidad o ficción el sufrimiento y la lucha se describen perfectamente en apenas cinco minutos.


Diarios de Motocicleta supone, por ende, un muy buen inicio de semana, hecho que se traduce en que, de ahora en adelante y hasta el domingo, esta semana va a ir de más a menos, que España va a volver a ser apeada de la Eurocopa en cuartos y, en fin, teóricamente todo va a ser una puta mierda como un piano de cola. Y me da un poco igual, la verdad.

1 comentario:

beizabel dijo...

Yo terminé la semana pasada viendo tu misma película, y llevo toda esta así como dices: como Blas en una cama de velcro.
Encantada