domingo, 23 de agosto de 2009

¿Y por qué no?

Hace un año debía dar parte real de todo. Me explico: necesitaba ser honesto conmigo, debía darme cuanto aquellos me negaron. Necesitaba sonreirme y explicarme en pocas palabras que lo conseguí.

La sonrisa no me la quita nadie hoy. A ti tampoco. A ti te la guardo entre las notas de mi bajo, entre las páginas de 100 años de soledad y los Buendía, tan presentes hoy. Hoy aposté una pizca de orgullo. Le aseguré a la camarera del bar Macondo que en la primera página que abriéramos el nombre de Aureliano estaría allí. Gané la apuesta. Sólo una piruleta. Un pedazo de mi orgullo lo explica una piruleta. Una de las que lamíamos de niños.

Regresos los ha habido mejores, lengüetazos vacíos de madrugada al amanecer. Cuánto juego da esto.

Hace un año me cubrí de palabras a mí mismo, y no me reconozco bajo ellas. Mi objetivo es acercarme en el tiempo. Raudo.

1 comentario:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.